Testimonio de la última presentación del Apóstol Aarón Joaquín en la 12 de Octubre el día 10 de mayo de 1964 por el ministro de la Iglesia el pastor doctor P.D. Antonio Adán.
Un legado de fe: la última enseñanza de un siervo de Dios
El 10 de mayo de 1964, exactamente un mes antes de partir con el Señor, el siervo de Dios reunió a algunos de sus hermanos en la fe para compartir un último momento de enseñanza y comunión. A pesar de su frágil estado de salud, su deseo era que la iglesia continuara fortaleciéndose, que nadie se sintiera solo y que los jóvenes participaran con cantos para animar a los hermanos.
Aquella noche, con gran esfuerzo, se presentó en la reunión. Le prepararon una silla en la parte trasera con una almohada para su cabeza. Aunque estaba debilitado por la enfermedad, escuchaba atentamente cada parte del servicio: los cantos, los testimonios, y sobre todo, la enseñanza de la doctrina.
Cuando el hermano José Chávez llevaba apenas 15 minutos exponiendo la doctrina, el siervo de Dios se levantó con determinación. Sin micrófono, sin fuerzas en su voz, avanzó hacia el frente. Sus hermanos, sorprendidos y conmovidos, le dieron paso. Subió y comenzó a hablar, aunque solo pudo hacerlo por unos pocos minutos. Su mensaje fue sobre la fe, sobre su correcto uso y la importancia de vivir conforme a la enseñanza de Cristo.
Con voz débil pero con un corazón ardiente de amor por la iglesia, insistió en asegurarse de que su enseñanza era comprendida. Llamó a sus hermanos más cercanos y les preguntó: ”¿Me están entendiendo?” Ellos, emocionados, le respondieron afirmativamente.
Esa noche quedó marcada en la memoria de todos los presentes. No fue solo una despedida, sino un legado de responsabilidad, entrega y amor por la obra de Dios. Su último deseo no fue ser recordado por su figura humana, sino por el mensaje divino que transmitió hasta su último aliento.
Aquel tesoro de fe y enseñanza sigue vivo en quienes lo escucharon. Hoy, su mensaje resuena como un recordatorio de que la obra de Dios debe continuar, de que hay mucho por hacer y de que la iglesia del Señor sigue creciendo.